Tu pareja pasa más tiempo frente a la computadora, minimiza las ventanas cuando entras a la habitación y compartir con otras personas, especialmente contigo, no le atrae tanto como antes. Adelante, tienes todo el derecho a sospechar que sostiene un romance cibernético.
Las relaciones online generalmente comienzan en un chat y se desarrollan a través de candentes correos electrónicos o mensajes instantáneos. El anonimato del espacio cibernético permite que las personas actúen de manera desinhibida creando su mundo romántico privado inventando situaciones que jamás considerarían practicar en su mundo real o que está faltando en su relación de carne y hueso.
Pueden elegir a alguien sin presión ni miedo al rechazo y explorar sus fantasías sexuales sin exponerse al juicio de su pareja o alguien que considere estas como 'anormales'. También es la mejor manera de 'practicar' el sexo sin contagiarse con una enfermedad o embarazarse.
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